Cuando hablamos de masajes eróticos siempre pensamos en lo genital, como si lo erótico pasara únicamente por nuestros genitales. Sin embargo, nuestro cuerpo está lleno de terminaciones nerviosas y toda nuestra piel es una potencial zona erógena en sí misma. De hecho, si alguien te proporciona un masaje erótico este no debería centrarse en una parte únicamente, sino que tendría que avanzar lentamente por cada lugar de tu cuerpo.
La exploración de las zonas erógenas a través del masaje erótico es la mejor forma para construir nuestro mapa del placer. ¿Qué significa esto? Pues consiste, básicamente, en descubrir qué lugares nos producen placer.
Cada persona es diferente y ello implica que nuestras zonas erógenas no son las mismas para todo el mundo. Hay lugares que mientras en unas personas resultan prácticamente insensibles, para otros su estimulación puede resultar muy excitante y placentera. Es por ello por lo que necesitamos descubrir nuestro propio mapa del placer, saber dónde nos gusta que nos toquen y de qué manera.
¿En qué te beneficia construir tu mapa del placer?
Construir tu propio mapa del placer es parte de tu crecimiento erótico personal, si bien, cuando conoces cada rincón de tu cuerpo es más fácil compartirlo con tu pareja y que puedas transmitirle dónde te gusta que te toque y de qué manera. Por tanto, construir nuestro mapa del placer es una forma de mejorar las relaciones íntimas.
En especial los hombres, a menudo aprenden a focalizar su erotismo exclusivamente en los genitales. Cuando, de adolescentes, comienzan a masturbarse lo hacen únicamente a través de la estimulación del pene y concentran sus sensaciones placenteras fundamentalmente en dicha zona y en la consecución del orgasmo. Ello hace que posteriormente, en las relaciones sexuales, busquen una estimulación genital directa y continua, olvidándose del resto de su cuerpo. Por este motivo, construir tu mapa del placer, también va a ayudarte a despertar nuevas zonas erógenas y desgenitalizar las relaciones sexuales.
Algunas mujeres tienen dificultades para excitarse y para llegar al orgasmo. De manera que conocer su mapa del placer puede resultar de ayuda para descubrir sus zonas erógenas y facilitar el clímax durante las relaciones sexuales.
¿Cómo construir tu mapa del placer?
Tomar un baño relajante puede ser una buena forma de comenzar a explorar tu mapa del placer. Así, puedes disfrutar de las sensaciones del agua al contacto con tu piel, mientras acaricias tu cuerpo despacio, cerrando los ojos y probando diferentes formas de presión, etc.
El masaje erótico, ya sea que te lo proporcione tu pareja o un/a profesional, también es idóneo para descubrir tu mapa del placer.
Es necesario potenciar el sentido del tacto, a través de las caricias, en la búsqueda de rincones ocultos de tu cuerpo, ya que existen algunas zonas que a menudo no se estimulan y que pueden proporcionarnos mucho placer. Por ejemplo, la cara opuesta a los codos y las rodillas, las muñecas, alrededor del ombligo, la zona interior de los muslos o incluso los pies que suelen ser grandes olvidados.
Recibir un masaje erótico es una manera de viajar por nuestro mapa del placer, de aprender a disfrutar del placer por el placer sin necesidad de orgasmo. Y es también un acto de sensibilización corporal y de percepción de uno/a mismo/a.
La cartografía es el arte de trazar mapas geográficos, pues bien, si la geografía de cada persona consiste en su propio territorio, podríamos decir que cada persona posee un mapa cartográfico sensorial único.
En definitiva, cuando aprendemos a trazar nuestro mapa del placer descubrimos la erótica en su globalidad, aprendemos a percibir nuestras sensaciones corporales, más allá de la genitalidad, nos reapropiamos de nuestro cuerpo.
Me encantó el post.
Sin duda alguna hay que tener bien despiertos los cinco sentidos, sin olvidar ninguno!!!