Hablar de masajes eróticos, supone hablar de placer, y pensar en placer a veces no se concibe sin pensar en el orgasmo. Pero mientras el placer y el masaje erótico siempre van de la mano, el placer no siempre lleva a alcanzar el orgasmo, y aunque este pueda ser un resultado del masaje erótico, no debería convertirse ni el objetivo ni el fin último del masaje.
En general, la consecución del orgasmo dentro del masaje erótico va a depender de varios factores como el tipo de masaje, quien lo lleve a cabo o la actitud de la persona que lo recibe.
Masajes tántricos
La mayoría de los masajes buscan relajar cuerpo y mente. Algunos más que otros, como los masajes tántricos, conllevan un mayor nivel de desconexión mental y conexión espiritual.
Este tipo de masajes suelen resultar muy placenteros, pero no buscan el orgasmo ni se centran en los genitales exclusivamente, sino en la estimulación de todo el cuerpo.
La excitación puede formar parte del masaje y algunas personas pueden alcanzar el orgasmo de esta manera, pero es algo espontáneo que queda en segundo plano.
Lo principal de este tipo de masajes es la armonización de las energías y llegar a un estado superior de conciencia.
Masajes eróticos en pareja
Los masajes que se llevan a cabo en pareja son otro tipo de masajes que no van orientados al orgasmo, pero que a menudo pueden hacer que se produzca debido al nivel de excitación entre ambos.
Estos masajes van más encaminados a la estimulación de los sentidos, el fortalecimiento del vínculo afectivo de la pareja y el conocimiento del cuerpo de ambos (sus zonas erógenas, dónde les gusta que les acaricien y cómo les gusta que se lo hagan).
A veces, de manera equivocada, se pone el foco en el orgasmo durante este tipo de masaje erótico y la presión por alcanzarlo termina por frustrar el masaje, impidiendo el disfrute de este. Por ello, es importante tener en cuenta que el objetivo del masaje es el placer mutuo y no el orgasmo.
Masaje profesional con estimulación genital directa
Determinados masajes como el masaje Yoni y el Lingam, que conllevan una estimulación más directa y una técnica más concreta, suelen ser los más propicios para alcanzar el orgasmo.
En este tipo de masajes, la persona es consciente de que busca obtener el mayor placer del masaje y por ello recurre a un profesional que sepa proporcionarle el orgasmo, tras haberle llevado a un nivel alto de excitación y relajación.
Cuando sucede simplemente hay que dejarse llevar y disfrutarlo, sin ningún temor, pues el/la masajista ya está preparado para ello.
El error de buscar el orgasmo
Cuando se recibe un masaje erótico, sea del tipo que sea, uno de los peores errores que se pueden cometer es estar pendiente de alcanzar el orgasmo o ir buscándolo, pues de esta manera es posible que nunca se llegue a un estado de relajación ni se disfrute el masaje.
Como consecuencia de ese rol de espectador, que se observa constantemente para ver si alcanza el orgasmo, dicho clímax se vuelve imposible.
Por tanto, la mejor actitud ante un masaje erótico es aquella que se concentra en el disfrute y la relajación, sin marcarse metas, y deja que todo fluya.
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